* La amenaza fantasma.

Pero un rebelde se alzó en contra del poder de aquel tirano. Su nombre era Valentino. Fiel seguidor de Cristo y ferviente creyente de sus enseñanzas. Valentino se jugaba el pescuezo tratando de propagar la palabra de Cristo entre los mortales, porque hablar a los muerto es tontería pero si había que hablarles pues se habla, aunque no sé para qué. En fin, que Valentino iba de arriba a abajo en plan campaña electoral predicando el amor y la paz, casando a las parejas (hombre y mujer, el orgullo gay no estaba de moda en aquella época) en secreto.
Un buen día le pillaron con el carrito del Pryca. Los esbirros de Claudio III lo apresaron y lo sometieron a vejaciones y humillaciones. Vamos lo clásico en las prisiones romanas. No hubo grupo de resistencia y el final de Valentino se acercaba. A Claudio III no le parecía bien que casara a las parejas clandestinamente por que eso afectaba al rendimiento de sus tropas. El fatal día llegó y el 14 de Frebrero Valentino fue ejecutado.
*Una nueva esperanza.
Lo que Claudio III ignonaba era que durante su cautiverio, un soldado romano hizo amistad con Valentino. Se díó cuenta de su sabiduría y le presentó a su hija Julia. Ciega y de una inteligencia sublime, aprendió de las enseñanzas de Valentino. Julia partió a cumplir la voluntad de Valentino; predicar las enseñanzas de Cristo. Julia se convirtió al cristianismo mientras Valentino esperaba su hora cantando el "pobre de mí".

Ha pasado mucho, mucho , mucho tiempo. Y la memoria de Valentino aún se recuerda. Es por eso que el Papa Gelasio II lo proclamo martir y santo por la causa entre los años 496 y 498 d.c. Y de este modo el 14 de Febrero se recordaría como el día de San Valentín, el casamentero clandestino.
*El Imperio contraataca
En un país no muy lejano, Gran Bretaña y Francia, se les ocurrio la idea de conmemorar este día allá por la edad media, en el S. XV, casi a la caida del imperio. Ya, en el S. XVII se hizo popular y en el S. XVIII se extendió la costumbre del regalo. Los yanquis, muy vivos para el negocio, se olieron el pescao y lanzaron los envios postales en el S. XIX y además les bajaron el precio. Con lo que todos se lanzaron en plancha a comprar tarjetas. El imperio de las grandes supercicies vio el pastel y quería un cacho. Así que introdujo los regalos a gran escala. Primero empezaron con una Lady Remington, luego se unieron otras empresas para sacarnos el dinero, la casa y el riñón. Y esto es todo amigos
F!N
Nota: Publicado originalmente por un sevidor en http://ytambiendoshuevosduros.spaces.live.com el 14 de Febrero de 2007
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