El otro día empezó hacer una rasca de la leche y no tuve más remedio que sacar la ropa de invierno. Las tenía en el fondo del armario, más arrugado que un billete de 5 euros. Lo fácil para el 90% de las familas es que la mujer se dedique a la tarea del planchado, no porque se le de bien, sino porque es una costumbre de épocas pasadas. Pero cuando no tienes a nadie a tu alrededor y no te queda más remedio te das cuenta de que es una tarea, que aparte de pesada, asaz compleja.Uno cree que con unos repasos aquí y allá ya está, y para la mayoría de los hombres es así. Pero requiere un técnica muy sagaz. No es nada fácil eliminar esa arruga rebelde. Es más, tardadriamos menos en eliminar un troyano de nuestro disco duro que en eliminar una arruga. Y eso no nos deja en buen lugar.
Podemos eliminar un virus del ordenador y no somos capaces de quitar esa arruga de la camisa. No quiero pensar como se debió de sentir Neil Armstrong al volver de la Luna y le dijera a su señora "Me planchas este pantalón para la conferencia de mañana en la Nasa" y esta le respondiera:
-A ver machote, eres capaz de llegar a la luna y no sabes plancharte un pantalón. A ver ¿cómo se explica eso?
Y es que ante eso no hay respuesta. Y la plancha no es el único aparato que los hombres no sabemos manejar. Existe otro aparentemente más complejo. Ellas lo llaman lavadora. Nosotros lo llamamos la maquina que encoje la ropa, ya que cada vez que sale una prenda de ahí ésta cambia de tamaño.
Y es curioso porque los hombres conocen cada parte de su coche, lo cuida y sabe para que sirve cada parte del motor, hasta las piezas más pequeñas. Le dedica horas a ese aparato mecánico, en cambio con la lavadora es como si tuvieran que desactivar una bomba.
Los sintomas son los mismos. Sudoración, pulso acelerado, incertidumbre... Ah! y palidez. Sobre todo a ver como nuestra ropa, no sólo cabia de tamaño sino que también cambia de color.
Otro elemento que nos cuesta manejar es el asunto de la limpieza. No se precisa ningun tipo de máquina, Solo un mocho unido a un palo. Pero al parecer este invento nos asusta casi tanto como ir al dentista. Lo mismo sucede con la escoba, pero para eso se invento la aspiradora. Igual de fácil de manejar que la escoba, sólo que va enchufada a la corriente electrica. Y a pesar de eso nos inventamos mil excusas para evitar su uso. Me da dolor de cabeza, me produce alergia... No es tan complicado, es más los fabricantes ni siquiera se molestan en adjuntar las instrucciones de uso.
El inventor debió pensar que su uso es tan senciilo que poner un manual de uso sería un insulto a la inteligencia, así pues sólo puso los papeles para sellar la garantía. Pues debió poner además un volante médico porque al parecer este aparato produce una especie de retraso mental transitorio.
Así pues cuando veais a una mujer manejando estos utensilios y/o aparatos no os quedeis mirando como si fuera un espectaculo circense. Su uso no es tan complicado, porque si un zote como yo cuyo aparato tecnologico más avanzado es un reloj digital con 7 melodias y cronometro ha aprendido Vd. también puede.
