Por $.M.K.
... Y comerás con el sudor de tu frente, decía más o menos un versiculo de la bibilia, ya saben el libro ese de ciencia ficción de autor anónimo.
Lo que no decía es que habia distintas clases de sudoración como de empleos. Por que hay distintas formas de trabajar. Por ejemplo, Papa Noel solo trabaja un dia al año, como los sindicalistas. Solo que papa Noel se recorre la ciudad en trineo y los sindicalistas en parcarta. Uno da regalos y otro la tabarra.
De vuelta a la vida real si huiera un baremo que midiese el esfuerzo laboral seguramente los póliticos no lograrian ni un punto. Y luego dirían que aparecer en television desgasta como los personajes del corazón, a los dos les unen que siempre inventan historias inverosimiles para chupar cámara y aumentar su cuenta corriente.
Uno de los empleos menos gratificantes y estresantes es el de camarero. Te pasas todo el día con una bandeja de arriba a abajo. Y siempre te toca currar los fines de semana y dias festivo mientras otros lo celebran con un pincho de tortilla y un vino tinto. ¿Qué pasa? Es que no tienen casa. ¿No saben cocinar? Pues a ver si vemos más a Arguiñano en lugar de tanto fútbol. Pero lo realmente irritante no es el hecho de trabajar un día festivo es el hecho de aguantar las quejas de los pobres y sufridos clientes. Cuando llevas tiempo pues ya hasta te resbala y piensas "Bueno voy ver que queja tiene este, si no me convence probaré con el del fondo"
Peor es aún el oficio de obrero. Ahí no hay tanta variedad de quejas como en un bar. Aquí las da solo uno: el capataz. Que generalmente suele ser un tipo barrigudo y con un móvil colgando del pantalón, que curiosamente está presente cuando no hay nada que hacer, así se le puede escuchar mejor. ¿Pero donde esta el resto del tiempo? Pues con el aparejador tomandose unas cañas. Y ya hemos vuelto al bar.
Aquí es donde el capataz ensaya sus quejas: "El posavasos tiene una mota de polvo" , "La caña está mal tirada" A la cara le tiraria yo la caña y seguro que estaría bien tirada.Una vez que vuelva a la obra pues pone en práctica sus quejas: "El ladrillo tiene una mota de polvo", "El cemento esta mal mezclado" En la caña que se ha tomado le mezclaba yo el cemento ya verias tu que mezcla.
Pero si hay un trabajo deseperanzador ese es el de profesor. Sólo hace falta mirar la cara que ponen al entrar en clase para ver lo dura que es la vida. El profesor, rebosante de conocimientos, con sed de compartirlos por un sugerente precio. Va notando que por mucho esfuerzo que ponga no logra ver que sus alumnos se aprendan la tabla del 2. Y cuanto más díficil es la asignatura peor. Los alumnos le rebaten la utilidad de los temas didacticos con frases como "y para que sirve hallar la raíz cuadrada si tengo una calculadora", "para que quiero saber donde está Reijkivic si nunca voy a ir", "de que sirve aprenderme la lista de los reyes Godos si no salen por la tele", "para que necesito saber de que está compuesto una célula si no puedo verla en HD" y cosas de ese tipo. Así pues los exámenes se convierten en una maratón del humor y una tortura para el sufrido profesor, que aparte de aguantar insultos varios, observa como sus enseñanzas han servido para pedir una baja por depresión.
Pero para depresión total los empleos temporales con contratos precarios que invitan al suicidio. Horas y horas realizando una labor poco gratificante. Sólo la remuneración es lo que te mantiene en pie, pero caes de golpe al ver lo reducida que queda la nómina. Y piensas, si lo sé atraco un banco. Si me sale bien vivo de puta madre el resto de mis dias y si me sale mal, pues cama y comida gratis durante unos años.
En resumen que el trabajar es muy malo para la salud y si no observen el indice de mortandad en el empleo, lo que pasa que la OMS no lo incluye porque no tienen pruebas fehacientes.
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