26 de abril de 2012

Aventuras en el más allá: Cap. III - La partida de ajedrez

Estoy de camino al MAT-IV. Los dos seres amorfos no son muy parlanchines y no sé cuanto tardaré en llegar a ese lugar en que todos temen, igual exageran. El paisaje es más aburrido, no hay más que nubes y luz. Es como un viaje en linea aerea regular pero sin panchitos ni cine.


Ahora nos vamos a detener en esta zona para repostar y recoger a tu acompañante.- me avisa uno de los seres amorfos, el que va conduciendo.

-¿Aquí cuando se come?- pregunto por curiosidad.
-Hasta que no llegemos al punto de relevo nasti de plasti.
-Es que a mi me rugen las tripas.
-Hala, toma unos panchitos para matar el gusanillo.- me lanza un bolsa medio vacia, medio llena el ser amorfo conductor.

Paramos en una estación de servicio algo peculiar. Esta llena de nubes de todos los tamaños. Al fondo hay una especie de edificio con luces de neón, es más yo diría que en lugar de una estación de servicio es un casino, al menos es lo que sugiere el letrero Casino Royale.
Los dos seres amoros me escoltan hasta la entrada, ni que me fuera a escapar. Al entrar observo como el ser amorfo conductor se lanza a una taquilla a pedir fichas.

El lugar está bastante concurrido, se diría que aquí todos están forrados. Hay distintas zonas, sólo que a diferencia de la versión terraquea las zonas se dividen en salas que nada tienen que ver con los casino que todos conocemos. Está la sala del Ludo, lo que nosotros conocemos como parchis. Hay otra que se denomina Saloon Spirit, aquí se sirve todo tipo de licor mientras se juega a las cartas

El ser amorfo silencioso me señala a la Saloon Spirit, me indica que entre. Mi acompañante me está esperando ahí. Camino decido hacia la barra de esa sala. En una esquina está sentado una especie de ser que se asemeja a la de un can. Según me acerco compruebo que efectivamente es un perro.

-¿Qué demonios haces aquí?- le pregunto sorprendido.

-Eso debería preguntarlo yo.-me responde tirando el vaso a la bara.-Vamonos de aquí, un segundo más en está cloaca y me vuelvo tarumba.


Salimos de la sala. Al salir nunca podía imaginarme que me encontraría de nuevo con mi mascota de la infancia, Rosco. Es un labrador muy suyo, bastante perezoso. Rosco y yo eramos uña y carne. La de tardes que pasamos juntos haciendo de las nuestras, qué recuerdos... hasta puedo notar como se meaba en la casa del Sr. Fulgencio... ¡Qué demonios, se está meando en mi pierna!

-Eso es por dejarme atras en la N-340- me comenta mientras echa el último chorro.

-No era mi intención, es que estabas pelín fondón y claro.

-Tu estabas más gordo que yo!! Así que no me vengas con cuentos.

De camino a la salida un señor anciano se dirige hacia nosotros y nos pregunta.

-Oigan no les importaría quedarse aquí unos minutos y vigilar que las piezas del tablero no cambian de posición.- dirige una mirada acusativa a un tipo vestido de negro con capa y capucha.- No quiero llevarme sorpresas a la vuelta. Es que debo atender unos asuntos. Sólo será unos minutos.

-Es que me están esperando para llevarme a...

Rosco me interrumpe en ese instante y me indica que me agache.

-Eres idiota o qué?- me dice sigilosamente.- Es Ingmar Bergman. Es un maestro del Edén seleccionado por el mismísimo Wilder. Es un aficionado al ajedrez, desde que llego aquí no ha perdido ni una partida.


-Yo que iba a saber...

Me pone cara de darme un muerdo en la pierna.

-Sr.Bergman será un placer, vaya a hacer lo que deba que nosotros vigilamos el tablero.- Dice rosco, "el pelota" a más no poder.

-Muchas gracias, sólo será unos minutillos.

-Si venga, y quien es su oponente en la partida.- le pregunto a Bergman.

-Es la Muerte, ¡que por fin lo tengo cogido por donde más le duele! ¡je je je je!

Mientras Bergman se va a resolver sus asuntos echo un vistazo al tablero. Ya quedan pocas piezas. No hay que ser un genio del ajedrez para saber que la partida está en las últimas. Parece que la Muerte no tiene que hacer nada con Bergman, el jaque mate se muestra inminente.

La muerte se me queda observando un rato y señalandome con una de sus falanges largas y puntiagudas me dice:

-¿Te conozco de algo?

-No sé.

-Sí. Tu eres el que daba esos saltos tan ridículos. Vaya una manera más estupida de llegar hasta aquí. Pues que sepas que me fastidiaste, estaba a punto de terminar mi turno.

-Yo como iba a saber.- respondo.-No era esa mi intención, yo sólo quería ir a la fiesta para poder estar al lado de Marysa...

-Lo que sea, el caso es que tenía planes y los tuve que aplazar para otro día.

-Ya le he dicho que no era mi intención.-vuelvo a insistir mientras Rosco me da golpecitos en la pierna.-¿Qué quieres?- le digo sigiloso.

-No te has dado cuenta? Esta haciendo trampas. Ha desplazado el alfil de casilla con su dedo mientras estaba de palique contigo.

Efectivamente. Muerte desplazo el alfil de casilla para evitar ser devorada en el siguiente movimiento y a la par se aseguraba que el mate, que era inminente, quedase nulo ya que con un ligero movimiento obstruiría la pieza que jaquea, o sea la dama.

-Vamos haz algo...- me sugiere Rosco.

-¿Y que le digo? No es tan fácil.

-¡Eh vosotros! ¿Qué cuchicheais?-Inquiere la muerte en tono suspicioso.

-No, nada... cosas-respondo con brío y salero.-que... nos ha parecido que el alfil blanco ha cambiando de posición...-sugiero jugandome el tipo.

-¿De qué estas hablando? El alfil está donde debe de estar. No se ha movido. ¿Te enteras?

-Sí claro... pero sin embargo... ahora hay una leve difenrencia posicional en el tablero...

-A ver listillo. El alfil está bien donde está. Y si quiero ponerlo aquí-mueve el alfil descaradamente de posición- lo pongo aquí. Y si quiero poner la dama aquí-no se corta cambia la dama de casilla.-la pongo aquí. ¿Me captas?

-Si te capto... pero creo que la dama estaría mucho mejor aquí.-la pongo en la casilla donde se situaba anteriormente.

-A ver pitufo de feria, la dama se pone aquí ¡¡¡y ya está!!!-dice en tono imperativo.

-Es que el Ingmar ese va a venir y va a notar que la dama y el alfil ha cambiado de posición, así que es mejor situarlas donde estaban.

Intento alcanzar el alfil, pero Muerte no me deja. Obstruye mis intenciones con sus manos huesudas y asperas como una lija del 5.

-Deja de hacer trampas...-persevero en mis intenciones.

-Que me dejes tranquilo.-opone resistencia ahora con las dos manos.

-Chicos parad.-advierte Rosco viendo como el tablero se tambalea.

-¡Que pongas la dama ahí, tramposo!

-¡No me da la gana!

Y paso lo que tenía que pasar, entre tanto forcejeo tiramos todas las piezas al suelo. El rey de blancas va a para a las patas de Rosco, mientras un peón negro cae en la copa de un señor que no había visto en mi no vida.

-¡Mira lo que has hecho!-le digo

-Qué te pierdas enano.

Al rato llega Ingmar Bergman con una carpeta y hoejando uno de sus hojas. Al ver tal desastre en lontananza apresura sus pasos. Se queda sopesando la situación mientras Muerte intenta hacer mutis por el foro.

-¿Dónde crees que vas?

-A pedir una copita, que me ha entrado sed. ¿algún problema?

-¡Quédate en tu sitio!-grita iracundo.-¿Qué demonios ha pasado?

-¿Ha sido él?-decimos ambos al mismo tiempo señalandonos.

-Es que habia cambiado el alfil y luego la reina...

-No inventes payaso.

-Ahora tengo que irme porque he recibido una llamada del Sr. Wilder. A la vuelta me encargaré de ti, Muerte. Intentar timar a Bergman es una acción que te va costar. Para empezar ya no hay vacaciones de plenilunio celeste.

-Grrrrrrrr.-refunfuña mirandome a mí.

-En cuanto a ti jovencito ya hablaremos en otro momento. Que sepas que me he quedado con tu cara. Adios.

Bergman se va dando unos pasos largos y fuertes como las de un elefante furioso.

-Sin vacaciones de plenilunio celeste... mira pitufo de feria mientras estes en este mundo me encargaré de hacer tu no vida un infierno. -me comenta en tono amenazante.-¡Por esta!

Muerte desaparece evaporandose en visto y no visto. Mientras yo me quedo pensativo con lo que me ha dicho.

-Buen modo de hacer amistades, si señor.-me dice Rosco.

-Cierra el morro...

-No lo digo en serio. A eso llamo yo entrar por la puerta grande.

-Que cierres el morro...

3 comentarios:

AZAHARA dijo...

Hombre... pues un poco pringaillo era, eh? jejeje! Lo que no entiendo... qué daño te puede hacer la muerte si ya estás muerto? Muy bien el encararte, leñe!

Speedygirl dijo...

Puff, la muerte va de dura, pero luego le amenazan sin vacaciones de plenilunio celeste y se achanta... menuda muerte más floja, no? ;P

$MK dijo...

Srta. Azahara me ha llamado pringadillo? Tengo un par de velas negras y no se que hacer con ellas XDD
Sólo se está muerto en el mundo de los vivos, en Más allá hay otra vida.

Speedygirl: Ya te digo si va de dura, pero ahí el que corta el bacalao, al parecer, es Bergman =P

Malos tiempos para la música

Por $.M.K. Malos tiempos para la música Malos tiempos para la música Pongo la radio, sale una de Pitbull y en otra suena Nicki Minaj...