En el transcurso de la carretera comarcal que une Galapagar con Villalba, a eso de las 11:19 de la mañana, sucedió lo siguiente:
Sergio manejaba un Seat Malága de segundamano cuando de pronto en asiento del acompañante empezó a oler a azufre. En un instante hizo acto de presencia Satanás, que aburrido en las profundidades del averno le comentó a Sergio una proposición.
-¿Que tal te va por el mundo de los vivos?
-¿Que haces aquí?-inquiere Sergio con sorpresa. -¿es que acaso la voy a palmar?
-No temas.-le tranquiliza Satanás.- Aún te queda. Estoy aquí por otro motivo. Como sabrás allá abajo estoy muy aburrido. Eso de torturar almas en pena cansa bastante.
-¿y que pinto yo en todo esto?
-Es que tengo algo que proponerte.
-No será que te ayude a ascender al cielo o regresar a la tierra y dominar el mundo,¿no?
-Que va, vaya suplicio. Es otra cosa.
-Vaya, esas opciones me molaban.
-Calla y escucha. En el infierno estoy muy solo y he pensado que si tengo compañía pues torturaría las almas en pena con más alegria y brío.
-¿A qué tipo de compañía te refieres?
-A compañía femenina por supuesto.
-¿Entonces porque te apareces aquí?
-Pues porque con esta pinta no tengo muchas posibilidades de que me acompañe nadie. Claro que podría usar mi poderosa fuerza infernal y se acabaría pero no quiero levantar sospechas.
Ahí es donde entras tu. Necesito poseer tu cuerpo para poder acercarme a mi objetivo y una vez que lo tenga llevármela a las profundidades infernales.
-No sé... para eso mejor posee el cuerpo de un guaperas cachas. Seguro que logras resultados y te irá mejor que con una piltrafa como yo.
-No. Porque quiero que no levante sospechas para la candidata que tengo en mente.
-¿De quien se trata?
-Es una periodista... bueno que fue periodista y luego lo dejó...
-¡Letizia Ortiz!
-No. Periodista deportiva, de La Sexta... como se llama. Dejó la sección de deportes.
-¡¡Sara Carbonero!!
-No. Esa no, que se lo tiene muy creido, la otra... la que ahora está en un programa de humor o algo razonablemente parecido.
-¡¡¡Sandra Sabatés!!!-
-La misma. Está tan mona con ese vestido rojo.
-¡No pienso ayudarte con este propósito!
-¿Algún problema? Te pienso recompensar muy bien.
-No es por eso, sino que no me parece adecuado hacerle eso. Si fuese otra pues no me importaría, no sé... ¿qué te parece la Esteban?
-Quita, quita. A esa la empaqueto al cielo, que le haga compañía a San Pedro. A mi la que me gusta es Sandra Sabatés.
-¿Y porque no Sara Carbonero?
-No es mi tipo.
-¿Y Pilar Rubio? A esa le va el heavy.
-¡Qué no!-Exclama con voz atronadora Satanás.- A que esa insistencia.
-Esto...
-No me digas que a ti te mola Sandra Sabatés.
-No es eso... yo...
De pronto una luz cegadora surge en el asiento trasero del vehículo. Entre unas capas de nubes surge un ser amorfo, que es sólo luz y energía que al rato adquiere la forma humana de una mujer de larga melena y con gafas. Se hace llamar Dios.
-¡Mira quien ha vendido!-señala Satanás.
-Bromitas las justas que te envio de vuelta al averno.-Responde Dios sin rodeos.
-Tú y cuantos más.-Se pone gamba Santanás.
-¡Basta! ya!-Grita Sergio intentando no perder el control del coche.-A ver Dios a qué has venido.
-Querido Sergio deberías saber que mentir se considera pecado.
-Y el desfalco bancario también, pero que le vamos hacer.
-No te vayas por los cerros de Úbeda. A ti también te gusta esa tal Sandra Sabatés. Yo lo sé todo.
-¿Ah si? Pues de esta mano adivina que dedo te voy a enseñar.
-¡Qué duro! ¡¡Así se hace!!-Le ovaciona Satanás.
-Pues tenemos un problema. Porque vengo para avisaros que Sandra Sabatés se va a venir conmigo al reino de los cielo. El Edén lleva muchos años vacío desde que expulsé a Adán y Eva. Pasear por ahí es muy deprimente y teniendo compañía femenina pues le daría un poco más de alegría y brío.
-Y no necesitas que un tipo simpático y con gafas que te acompañe.-Añade Sergio rápidamente.
-No, a mi me van las mujeres. ¿Algún problema?-añade tajante Dios.-Por eso cree a Eva, pero me traicionó.
-¿Y que vas a hacer? vas a poseer el cuerpo de esta piltrafa.-apuntilla Satanás señalando a Sergio.
-No me hace falta. Yo soy todopoderosa y todo lo puedo. Sólo he venido a advertiros que ceseis en vuestros intentos, pues serán inútiles...
De súbito suena un sonido atronador en el interior del coche. Salen rayos y truenos. De la tormenta emerge un águila que se posa en el asiento trasero que queda libre. El ave adquiere paulatinamente forma humana de un señor con barba blanca y musculoso con una tableta de chocolate que ya la quisiera Pablo Motos. ¡Es Zeus!
-¡El que faltaba p'al duro!- exclama Sergio.-¿Y tu a qué has venido? ¿No será a llevarte a Sandra Sabatés al Olimpo.
-Efectivamente. Me encanta llevarme al mis dominios a bellas mujeres.
-¿No pensarás en transformarte en grifo o un bicho raro de esos? Que los tiempos han cambiado.-sugiere Satanás.
-No. Soy Zeus, el dios del trueno. En el diluvio que pronto creare me transformaré en gotas agua y de este modo podré poseer el cuerpazo de ese bellezón.
-¡QUE TE HA CREÍDO TU ESO!-advierte Dios.-No consentiré que un chulo del tres al cuarto abuse de una bella flor como ella.
-¿Y que vas a hacer al respecto?
-Ahora te convierto en rana.
-Silencio!!!-grita Satanás.- Si nos lo montamos bien seguro que podemos llegar a un acuerdo y repartirnosla por temporadas.
-Suena interesante.-dice Zeus.-¿Qué propones?
-Nos estamos volviendo locos.-vuelve a exclamar Sergio.-Se trata de una mujer que no os ha hecho daño alguno y la tratáis como si fuese un trofeo que os perteneciera.
-Calla piltrafa.-oredena Dios.
-Además tu ya no pintas nada. Sobras.-dice Satanás.
-¿Le fulmino con un rayo?-añade Zeus.
-Pues ya que os creéis los reyes del mambo ahí va esto.
Sergio les dedica un corte de manga a los tres y pisa el acelerador a fondo para salirse en la curva y caer por un barranco. Hasta que el coche hace "boom"
-Vaya manera de cortarnos el rollo.- Afirma Dios.-Pero has hecho lo correcto, nos estábamos dejando llevar por nuestros deseos lujuriosos. Como recompensa te concederé un deseo.
-Vale, que ningún ser del otro mundo cruce jamás la frontera para adentrarse en el mundo de los vivos y evitar así el libre albedrío.
-Tu mismo.
Y de este modo Dios acompaña a Sergio a las puertas del cielo donde San Pedro aguarda diligentemente.
-No eres mal chico, sabes... algo pringadillo...
-Oye... ya que tu lo sabes todo... ¿Tenía posibilidades con Sandra Sabatés?
-Pseee..
-Bueno por lo menos ahora podré ver a mi perro,¿no?