Por $.M.K.
En un pueblo situado en las montañas, donde la conexión a internet brilla por su ausencia y la tele se ve con nieve e interferencias habita Caperucita Roja. Aunque su nombre real es Rigoberta usa este apodo para ocultar el oprobioso nombre con el que sus padres la bautizaron.
Un día Caperucita estaba viendo como podía un episodio de Shin Chan cuando oyó que su madre la reclamaba para hacer otro recado. Haciendo caso omiso continuó viendo su programa favorito. Al rato su madre se acerca con una cesta de magdalenas y le dice:
-Rigoberta, no me oyes? Toma.-le acerca la cesta-Me ha llamado el tío Paco, me dice que la abuela esta pachucha. Ve a casa de la abuela y llevale estas magdalenas.
-Y de veras crees que con una cesta de magdalenas se pondrá mejor. No seas rata y llevale una botella de whisky.
-Rigoberta! no me contestes y haz lo que te digo. Y no te distraigas por el camino, que te conozco. Ten, coge el autobus que para aquí mismo.
Y de este modo Rogoberta se puso su caperuza roja que tanto odiaba, dió un portazo y se fue en pos de la abuela. El bosque no es lugar para que una niña vaya sola, por eso su madre le recomendo que fuera a la parada que hay a pocos metros de su casa.
Al llegar no habia nadie más. Le tocaba esperar unos minutillos. Mientras pensaba que aventuras estaría viviendo Shin Chan un Lobo se aproximó a Caperucita y le dijo:
-Que haces aquí?
-Espero clientes. Que? te hace uno rápido?
-Pero no eres muy joven?
-y tu? eres muy corto, no? No ves que estoy en una parada de autobus esperando a que venga. Tengo que llevarle esta cesta a la yaya porque esta chunga así qie no me vaciles.
-No te sulfures. Oyé porque no esperas en ese bar que hay arriba en la colina. Tienen tele digital y muchas chucherias.
-Dejete de chucherias, con que tengan birra me sirve.
-Pues es en esa dirección.
Y rauda y veloz caperucita se va a aquella tasca que el Lobo le ha recomendado. A los pocos segundos llega el autobus. El Lobo espera a verla en lontananza y se sube al vehiculo. Un leñador que estaba escaqueandose del curro, vio lo sucedido mientras se fumaba un pitillo.
Por fin el Lobo llegó a la parada donde vive la abuelita. Llama al timbre...
-Quién es?
-Soy de la agencia Yabadabadú, le ha tocado un premio.
-¡Y un cuerno! ¿Qué clase de premio?
-Una cena con Brad Pitt.
-Pseee... ese a mi no me va. El que me pone es Antonio Banderas. Ay, omá que rico!
-Pues está de enhorabuena poruqe es precisamente el mismo Antonio Banderas el que está aquí mismo para llevarla a cenar.
-Ven pa' ca mozarron!!
La abuelita abre la puerta y en visto y no visto el Lobo se abalanza sobre ella. La Abuelita opone resistencia, pero el Lobo con sus afiladas garras merma la defensa de la Abuelita.
Pero ésta tiene mucho repertorio y le asesta un tremendo golpe de sartén que deja al Lobo en volandas. La abuelita lo va a rematar con un golpe de plancha, pero en el ultimo instante el Lobo esquiva su maniobra y logra morderle un brazo. Con la abuela herida el Lobo se dispone a ejecutar su tecnica mortal: La hora de la cena.
Mientras Caperucita está en la tasca tomandose una birra, bueno ya va por la cuarta y más pedo que alfredo. Las aventuras de Sin Chan han concluido y pregunta al barman por la hora.
-Ahí va! Se me ha hecho tarde. Como no le lleve estas magdalenas a la yaya me la cargo. La yaya llamará a mi tio y mi tio a mi otro tio, mi otro tío llamara a mi tita y mi tita a mi tio Paco y mi tío Paco a mi mama.
Sale como una flecha de la tasca. La parada le queda algo lejos y si va hacía allá perderá tiempo, así que decide hacer autostop.
Al rato para un cochazo que le invita a subir. Es el Leñador que se dirige al tajo, ya que su jefe se ha dado cuenta de que se estaba escaqueando.
Más deprisa que el viento, tan veloz como la luz y más rápido que el coche de Alonso llegan a la casa de la Abuelita. Caperucita se baja del cochazo fantastico y va a entregar las magdalenas. El leñador sale disparado a su puesto de trabajo o si no le echan a la calle o al bosque.
Caperucita llama a la puerta, no hay respuesta. Vuelve a llamar.
-Quien es?
-Soy yo abuelita Caperucita roja.
-Quien?
-Rigoberta! yaya. Rigoberta.
-Ah! Y que quieres.
-Vengo a traerte estas magdalenas que ha hecho la mama.
-Grrrrrrr... ya podía haberte dado una botella de whisky... anda pasa.
Caperucita entra en la casa de la Abuelita y observa que está bastante desordenada. Mucho más de lo habitual.
-Abuelita donde estás?
-Estoy aquí, en mi habitación.
Entra en el cuarto y ve a la Abuelita con su gorro de dormir puesto.
-Abuelita que pintas me llevas.
-Es que me acabo de despertar.
-Abuelita que voz más ronca tienes.
-es del fumeque, tantos años fumando puros pasan factura.
-Abuelita que ojos más grandes tienes.
-Es para ver la letra pequeña que ponen las cartas de los mamones del banco.
-Abuelita que uñas más largas tienes.
-Es que aún no me he aseado.
-Abuelita, que dientes tan largos y amarillos tienes.
-Grrrrr... Alguna preguntita más?
-Si. Pues que boca tan grande tienes.
-Es para comerte si no te callas!!!
En ese instante sale el Lobo de la cama, se quita el gorro de dormir y se dirige hacía la puerta.
-Así no hay quien se lo monte.-replica el lobo.
-Cariño no te vayas, hazme tuya!-le responde la abuelita.
-Pero yaya, que pasa aquí.
-Tu no te metas! Podias haber venido en otro momento y no estropear mi romance con el Zorro.
-No es un zorro es un Lobo.
-Es el Zorro y me va invitar a cenar. ¡Así que marchate!!!
Y colorin colorado este cuento se ha acabado...
-esperen un momento. ¿Qué pasa con el leñador?
Pues... que llegó a tiempo a su puesto de trabajo y junto a sus compañeros deforestó varios bosques. Y todos vivieron felices comieron perdices y otras aves que había por ahí.
12 de agosto de 2009
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